Ayudando al escéptico a cruzar la barrera.
por Tatyana Bolotova, Misionera en Israel | 03 de septiembre 2025
El camino hacia la fe raramente está en línea recta. Para Frieda, una inmigrante judío ucraniana de habla rusa*, ha sido un camino sinuoso, marcado por dificultades y destellos de intervención divina.
Frieda se conectó por primera vez con nuestro equipo hace seis años a través de clases de hebreo y estudios bíblicos. Espiritualmente curiosa, pero vacilante, ella había pedido oración hace años por una herida en su pierna que no se curaba. Tenía programada una biopsia y estaba nerviosa por los resultados. Oramos por ella, y en cuestión de semanas fue milagrosamente curada. Conmovida, ella oró para recibir a Yeshúa, pero pronto se retiró, diciéndole que no necesitaba un salvador.
A pesar de sus dudas, nuestro equipo continuó caminando con ella a través de temporadas de depresión, tensión financiera y miedo. No nos dimos por vencidos. Continuamos orando y caminando con ella a través de las dificultades. Cuando su hijo quedó atrapado en Ucrania bajo constantes bombardeos, oramos, y él escapó y se unió a ella en Israel. Sin embargo, Frieda lo descartó como una coincidencia.
A principios de este año, Frieda se vio obligada a abandonar el apartamento en el que había vivido durante más de 20 años. Ella estaba devastada. La consolamos y la alentamos a pensar que tal vez Dios tenía algo mejor preparado. Entonces, apenas unas semanas después, un misil iraní impactó en su antiguo vecindario, matando a varias personas cercanas.
No podemos saber lo que le hubíera ocurrido a Frieda si todavía viviera allí. Con lágrimas en sus ojos, ella exclamó: "Gracias a Dios que me salvó." Y ahora, después de años de oración y amor paciente, el corazón de Frieda finalmente se está suavizando.
Desde entonces, Frieda ha continuado asistiendo a nuestros estudios bíblicos en forma regular. Escucha atentamente y hace preguntas bien meditadas. Cada vez que la vemos, parece acercarse más a una fe duradera, pero se detiene justo antes de cruzar la línea.
La hemos visto luchar con miedo, especialmente sobre lo que sus hijos podrían pensar si se convirtiera en creyente. Hemos visto su lucha con la duda, aun cuando ella experimenta la provisión de Dios una y otra vez. Sin embargo, ella sigue regresando.
Su historia nos recuerda que Dios es paciente. Él no nos presiona sino que suavemente nos atrae con su amor. Frieda ha experimentado sanación, protección y provisión. Ella había orado para recibir a Yeshúa una vez antes, y creemos que lo hará de nuevo, pero esta vez para quedarse.
Por favor, mantenga a Frieda en sus oraciones. Oren para que ella encuentre el valor de dar ese último paso de fe y abrazar la vida y la esperanza que solo Yeshúa puede dar.
*Nombre modificado para proteger la intimidad.